Karipuna de Rondônia
- Autodenominación
- Ahé
- ¿Donde están? ¿Cuántos son?
- RO 55 (Siasi/Sesai, 2014)
- Familia linguística
- Tupi-Guarani
En el año 2004 había catorce sobrevivientes: no hay indicador más contundente de la desastrosa historia de ese grupo con los no-indígenas. El ciclo del caucho en el inicio del siglo XX puede ser considerado el marco inicial de la secuencia de muertes e invasiones en su territorio tradicional. Ese también fue el período de construcción del ferrocarril Madeira-Mamoré, que llevó decenas de millares de migrantes a la región de los grupos Kawahib, acarreando muertes advenidas de las enfermedades y conflictos. Aun así, un grupo karipuna consiguió vivir hasta la década de 1970 relativamente apartado del mundo de los blancos, pero acabó sucumbiendo al frente de atracción de la Funai (Fundación Nacional del Indio), que culminó en más muertes por epidemias y pérdidas culturales. Hoy poseen su propia Tierra Indígena y procuran protegerla de las constantes invasiones de madereros, cazadores, pescadores y posseiros [pequeños agricultores sin título de propiedad]
Nombre y lengua
La autodenominación de los así llamados Karipuna es ahé (“gente verdadera”). Hablan una lengua de la familia Tupi-Guaraní y comprenden con facilidad la lengua de los grupos con los que conviven, como los Uru-Eu-Wau-Wau, Amondawa, Tenharim, Parintintin (todos grupos Kawahibi) y Sateré (de la familia lingüística Mawé), entre otros.
No se sabe el origen de la denominación “Karipuna”. Los primeros relatos sobre esos indios los designaban como “Bocas Negras” debido al tatuaje permanente de achiote que ostentan alrededor de la boca, tradición compartida con los Uru-Eu-Wau-Wau y otros grupos Tupi-Kawahibi.
Es preciso destacar que ese grupo Karipuna no posee ningún vínculo con el grupo también conocido como Karipuna que habita en el Estado de Amapá.
Localización e historial de la TI
El territorio históricamente ocupado por este pueblo – según fuentes históricos y relatos orales – comprendía el río Mutum-Paraná y sus afluentes de la margen izquierda (al oeste), igarapé [canal] Contra y río San Francisco (al norte) y los ríos Capivari, Formoso y Jacy-Paraná (al sur y al este). Este territorio en parte convergía con el área de ocupación de los Uru-Eu-Wau-Wau y Amondawa (al sur), Pakaá-Nova (al oeste) y Karitiana (al norte y al este).
De acuerdo con Denise Maldi Meireles (1984), la ocupación karipuna en la cuenca del río Jacy-Paraná se remonta a inicios del siglo XIX. A fines de este siglo parece haber ocurrido una escisión en el grupo, una parte de él enrumbando hacia al este y estableciéndose en las cabeceras del río Capivari y otra asentándose en la cuenca del río Mutum-Paraná, al norte.
La Tierra Indígena (TI) Karipuna está localizada en los municipios de Porto Velho y Nova Mamoré. Allí los Karipuna están reunidos en la aldea Panorama. La TI tiene como límites naturales los ríos Jacy-Paraná y su afluente por la margen izquierda, el río Formoso (al este); los igarapés Fortaleza (al norte), del Juiz y Água Azul (al oeste) y una línea seca al sur, llegando este último igarapé a las cabeceras del Formoso.
La primera medida oficial para la garantía del territorio de los Karipuna fue presentada por Benamour Fontes en 1978, proponiendo a la Funai la interdicción de un área con cerca de 202 mil hectáreas. En 1981 fue constituido un Grupo de Trabajo (Decretos nº 1.106/E de 15/09/81 y 1.141/E de 9/11/81) para identificar la Tierra Indígena, que mantuvo los límites propuestos en 1978 para la demarcación. Ninguna providencia fue tomada, y solamente en 1988 la presidencia del órgano indigenista oficial reservó un área total de 195 mil hectáreas. En este mismo año, tuvieron inicio las invasiones en el límite sur de la TI. En 1984, la Funai constituyó un Grupo Técnico para “promover los estudios de identificación y delimitación de la tierra indígena Karipuna”, el cual propone un área con 153 mil hectáreas, aproximadamente.
En realidad, las cerca de 40 mil hectáreas de diferencia entre la propuesta del GT y el área originalmente reservada por la Funai resultó de una negociación entre este órgano, el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) y el gobierno de Rondônia para “liberar” la franja del límite sur, ya invadida por 184 colonos, a partir de la carretera BR-421 (Ariquemes/Guajará-Mirim) Por este acuerdo, – a lo que todo indica, nunca firmado formalmente – el INCRA se comprometía a expulsar y reasentar colonos invasores de las Tierras Indígenas Uru-Eu-Wau-Wau (Proyecto de Asentamiento Dirigido – PAD – del Burareiro) y Mekéns (ya que el propio INCRA había canalizado y expedido los atestados de posesión para los colonos invasores de esa TI), así como a adoptar un zonificación agraria en el área “liberada”, a fin de impulsar una ocupación más racional y con menor impacto sobre las TIs Karipuna y Lage. El Estado de Rondônia debería financiar los costos de las expulsiones y asimismo asegurar la fiscalización permanente de estas TIs con soldados del batallón de la Policía Forestal – además de comprometerse a suspender cualquier obra de prolongación de la BR-421.
A pesar del no cumplimiento de ese acuerdo, la Tierra Indígena Karipuna fue demarcada en 1997 con 152.930 hectáreas y se encuentra homologada ((Decreto s/nº de 09/09/1998) y registrada en los archivos del registro de inmuebles de Guajará-Mirim y Porto Velho.
Historial del contacto
Los primeros contactos de los Karipuna con segmentos de la sociedad no-indígena ocurrieron cuando caucheros comenzaron a penetrar en los afluentes del alto río Madeira, en el primer boom del látex durante las primeras décadas del siglo XX. No se tienen registros de ataques o “correrías” realizadas por caucheros a estos indios, tampoco los remanentes más antiguos del grupo los mencionan. Pero los Karipuna tienen relatos de que invadían “colocaciones” aisladas en la región comprendida entre los ríos Mutum-Paraná, Contra, Capivari y Jacy-Paraná para llevarse ollas, ropas y escopetas.
La penetración de los frentes de extracción de látex, creciente a partir de 1910, así como la construcción de la Carretera de Ferro Madeira Mamoré (EFMM), que provocó constantes choques entre “indios bravos”, caucheros y trabajadores de la carretera, obligaron al extinto SPI (Servicio de Protección al Indio) a establecer una serie de Puestos de Atracción en el antiguo territorio federal del Guaporé, en la década de 1940, sobre todo en la cuenca del río Madeira. Dos de estos Puestos, “Coronel Tiburcio” y “Teniente Marques”, estaban establecidos en el área de dominio de los Karipuna arriba descrita: el primero en el río Capivari y el segundo en la margen izquierda del río Mutum-Paraná. Ambos, según un informe de 1949 de la 9ª Inspectoría Regional del SPI, establecida en Porto Velho, vivían en una situación de indigencia, no teniendo las menores condiciones para cumplir con su misión institucional.
Otros informes del período nos dan indicaciones acerca de la manera en que se daban las relaciones entre los Karipuna, los Puestos y los caucheros. Así, el 10 de agosto de 1948, el auxiliar Paulo de Almeida Serra comunica al Inspector Álvaro (probablemente el jefe de la 9ª Inspectoría) que “(…) aquí en Mutum-Paraná [se refiere al pueblo situado en la desembocadura de este río en el Madeira] no hay embarcación alguna que nos pueda conducir hacia la parte alta. Conversé con diversas personas que dijeron que no existe nada allí donde estuvo el Puesto [porque] los indios pasaron y prendieron fuego. Nosotros estamos sin novedad [y] acampando en una barraca de la EFMM. (…)”.
El 30 de setiembre de 1950, el responsable por el Puesto “Cel. Tibúrcio (en el río Capivari) informa que “fue visto vestigio de indios en la trocha muy cerca del Puesto. Aquí vinieron 20 indios de los más antiguos a dar noticias de los otros que estaban llegando. Los indios llevaron harina y el resto de los machetes y espejos. Dejaron caza y llevaron anta”. Ese mismo funcionario, en documento con data del día 30 de setiembre de 1950, relata que:
“Los indios del mes pasado estuvieron otra vez en el Puesto y llevaron harina, sal, [ilegible] y pitos (!). Los indios bravos estuvieron en la roza antigua y cuando volvían entraron en una barraca de cauchero distante 9 kilómetros del Puesto y cargaron objetos moradores [domésticos] no dejando ni ropas ni alimentos. Dejaron una flecha en señal de amistad. Nosotros atendemos a la familia del cauchero con alimento. El cauchero comprende que los indios no atacaron por mal y que los caripunas ya están amigos del Puesto y de los caucheros. No se verificó en este año ningún ataque de los caripunas en estas tierras y ya se puede considerar que estos indios son amigos […]”.
Por lo que dicen estos pequeños fragmentos de informes, podemos inferir que, aparentemente, había dos sub-grupos de “Bocas Negras”, uno ocupando la región del río Capivari (más tarde este grupo sería conocido como “Capivari”) y otro en la región comprendida entre el río Mutum-Paraná y el igarapé Contra, citado nominalmente por el servidor Manoel Gonçalves. Por otro lado, los relatos del funcionario responsable del Puesto “Cel. Tibúrcio” (en 1950 todavía localizado en el río Capivari) indican claramente que existían indios en permanente contacto con aquel Puesto y otros todavía “bravos”, que robaban utensilios de los caucheros establecidos en territorio Karipuna. Lo que no sabemos es si los Karipuna del Capivari sufrieron muchas pérdidas después del contacto permanente con el Puesto y sus remanentes fueron llevados al Puesto Ricardo Franco – como era la práctica del SPI en aquella época –. El hecho es que los actuales Karipuna hacen referencias a los “Capivari”, pero a aquellos cuyos descendientes se encontraban en el Puesto Indígena Ricardo Franco (hoy Tierra Indígena Guaporé). Podemos inferir asimismo que la proximidad lingüística entre estos dos grupos era grande, dado que el “intérprete” oficial de la atracción en 1976 era un indio llamado Pitanga Cativari, originario “(…) del grupo arisco del río Capivari, afluente del Jacy-Paraná” y que se encontraba entre los Karitiana, inclusive casado con una mujer de ese pueblo (Fontes 1977:1).
Después de esas noticias de los años 1948 a 1950, no encontramos referencias en los archivos del SPI de Porto Velho sobre los Karipuna. Se puede suponer que la decadencia de la explotación del caucho y la disminución del tránsito en la EFMM tuvieron como resultado una menor presión sobre territorio karipuna y, dado que estos indios no eran agresivos, el SPI (y después la Funai, Fundación Nacional del Indio, como órgano sucesor) debe de haberse retirado de la región, priorizando, ya a inicios de la década de 1970, otras áreas donde las “razones de Estado” exigían actitudes más enérgicas para liberar áreas donde los indios se mostraban más agresivos respecto del avance de las nueves frentes de expansión, sobre todo al sur y al este de Rondônia (Vilhena y Ji-Paraná).
Por consiguiente, el SPI estableció Puestos de atracción en el territorio Karipuna y allí permaneció en el período de 1947 hasta mediados de la década de 1950, en situación precaria. De ese esfuerzo de atracción, lo que aquel órgano indigenista logró concretamente fue llevar algunas familias Karipuna del Capivari hacia el Puesto Río Franco y dispersar a los “ariscos” de este río, que probablemente se desplazaron hacia el norte.
Frente de Atracción
En 1974 la Funai creó, en el papel, un Frente de Atracción para el Jacy-Paraná a fin de contactar a los Karipuna y, finalmente, en 1976, un equipo de aquel órgano bajo la jefatura de Benamour Fontes fue enviado al Jacy-Paraná para establecer contacto con los Karipuna en vista de denuncias sobre el rapto de mujeres blancas, crimen atribuido a aquellos indios. El lugar escogido para la base fue la localidad denominada “Panorama”, del cauchero Sebastián Amora, ubicada en la margen izquierda de aquel río, aproximadamente a cuatro horas de “voladera” arriba de la boca del igarapé Fortaleza. Fue en esa localidad donde el primer grupo de los Karipuna, establecido en las proximidades, en el igarapé Contra, apareció para recibir presentes, en setiembre de 1976.
A partir de esa fecha, los indios comenzaron a visitar sistemáticamente el Puesto en procura de presentes, principalmente de ropas. Los informes de los años 1977 a 1978 de los funcionarios Benamour Fontes y de su auxiliar y substituto Francisco de Assis Silva describen, prácticamente mes a mes, aquellas visitas. Hasta la mudanza definitiva del grupo a Panorama (probablemente en 1980-1981), los Karipuna vivían en dos grandes malocas, una en el Contra y otra en el Mutum-Paraná, pero solamente esta última fue visitada por los funcionarios de la Funai (por Benamour Fontes en 1977 y por Francisco de Assis en 1978).
Los Karipuna del igarapé Contra fueron los primeros en mantener contacto con los funcionarios del Puesto, que, además de Benamour Fontes, contaba con mano de obra reclutada entre los caucheros de Jacy-Paraná y, más tarde, con Pitanga Capivari y su mujer Karitiana, así como con Pereira Karitiana, su mujer y cinco hijos (Fontes, diciembre de 1977).
Los informes arriba mencionados apuntan a rápidas mudanzas de hábitos a consecuencia del contacto con el Puesto, tales como la obsesión de los Karipuna por las armas de fuego y la búsqueda de ropas más que de herramientas agrícolas para escapar de las plagas de los mosquitos:
“Informo asimismo que los indios no están más interesados en machetes, ollas, cuchillos, etc., y que solamente piden ropas y hamacas, inclusive dijeron que, de las que les dimos como presente, llevaran a la aldea de Mutum Paraná […] Todos los indios que nos visitan ya vienen vestidos y continúan pidiendo ropas. Dejaron de usar los lazos en los brazos y plumas, así como el protector [peniano]”, (Fontes, informe del 20/07/1977: 2).
Relatan también las constantes amonestaciones de los funcionarios para que no “visitasen” más los asentamientos de los caucheros: “día 13 de abril [de 1977] - 18 indios salieron en la localidad llamada ‘São Sebastião’, llevando todo de un cauchero que estaba en su barraca con su mujer, inclusive tres escopetas […]. En el día 29 de mayo atracó en nuestro puerto un motor informando que los indios estaban en la localidad de ‘São Sebastião’; inmediatamente nuestro barco fue a buscarlos y explicamos nuevamente a los indios que no saliesen a ningún otro local que no fuese el nuestro […]”.
A pesar de la cautela mantenida por el jefe del Puesto de Atracción – “en cuanto a la idea de que los Karipunas sean transferidos a nuestro acampamento, por el momento no estoy de acuerdo, por motivo de falta de rozas suficientes para los mismos, enfermedades, etc., y por la no consolidación de la atracción” (Fontes, 1977: 2) –, los Karipuna del igarapé Contra ya frecuentaban el Puesto con una frecuencia casi semanal. Se repartían los presentes, sobre todo ropas, con los de la Maloca del Mutum-Paraná. Por lo que se puede inferir de esos informes, aquello que los funcionarios de la Funai llamaban la “consolidación de la atracción” era el contacto permanente con los Karipuna del Mutum-Paraná.
De hecho, Benamour Fontes visitó esa maloca dos veces en 1977 (no tenemos su informe sobre esa visita) y Francisco de Assis la visitó en setiembre de 1978, haciendo la salvedad de que la misma no es aquella donde Benamour estuvo el año anterior (pues ya se habían mudado de lugar). Francisco, Pitanga y el indio Tiu (que estaba en el Puesto y convidó a Assis a visitar la maloca del Mutum-Paraná) salieron el día 4 de setiembre y llegaron a la maloca el día 7. Esa maloca era habitada por quince indios y en ella se encontró siete sepulturas recientes (cuatro de ellas dentro de la maloca y tres del lado de fuera). El indio Tiu informó a Francisco “que en esta maloca existían más indios, que debido a un malentendido un grupo grande siguió hacia otra, que son parientes; calculamos unos cuatro días desde donde estuvimos; dicen que el número de indios es muy grande”. Informa asimismo que había traído una flecha de un grupo arisco enemigo de los Karipuna, producto de un ataque que éstos habían sufrido tiempo atrás. Todos los indios de esta maloca lo acompañaron en su retorno al Puesto (Assis, informe de 19-09-1978: 1-2).
En esa fase de intercambio de presentes y aproximaciones entre los “indios bravos” y los funcionarios del frente de contacto, el Puesto de Atracción del Jacy-Paraná encaminó algunos indios para tratamientos de salud en Porto Velho (los informes indican por lo menos tres de ellos). Todos ellos fallecieron, sea en Porto Velho o, a su retorno, en la aldea. En informe con fecha de julio de 1978, Francisco de Assis (ya en calidad de substituto de Benamour Fontes) informó que el 12 de junio recibió la visita del indio Abaigai-ubá (del Mutum-Paraná, a lo que todo indica), que relató al intérprete Pitanga sobre seis óbitos en su maloca (cinco “por accidente”), y que uno de ellos era de un indio (de nombre “Karipuna”) que había sido tratado en Porto Velho. Abaigai-ubá avisó asimismo que en la próxima “luna”, él llevaría al Puesto a “toda su gente”. Y Francisco de Assis concluye diciendo que “la noticia de esta visita en masa al Puesto de Atracción nos dejó radiantes, pues eso prueba que, incluso con los casos de óbitos, ellos no se mostraron resentidos con nosotros”. Es de preguntarse por qué el funcionario consideraba que los indios podrían estar resentidos si los óbitos fueron ocasionados por accidente, como él informa.
Según los relatos que tomamos de Francisco Sales (funcionario de la Funai contratado como mateiro [explorador de bosque] por el Puesto de Atracción en 1976 y que allí se encuentra hasta hoy), antes de la expedición de Benanmour Fontes al igarapé Contra (cuenca del río San Francisco), la Funai ya había localizado la maloca por medio de un sobrevuelo (en 1976), donde hicieron lanzamientos de arroz, frijoles, herramientas (cuchillos y hachas) y muñecas (!). La expedición partió del Panorama con Benanmour, Pitanga, un indio Pakaá-Nova, dos Karitiana, cinco “mateiros” (incluyendo a Sales) y dos japoneses (un fotógrafo y un cineasta). Hicieron base en la localidad de “Três Poças” en las proximidades de la boca del igarapé Fortaleza. Después de un día de caminata rumbo al igarapé Contra, llegaron a una roza Karipuna. Pitanga llamó y en seguida aparecieron varios indios, amistosos. Distribuyeron presentes y perros. Los Karipuna usaban una cinta de palma de açaí donde amarraban el prepucio; las mujeres no usaban nada para proteger el sexo. En la maloca habitaban 18 indios. Establecieron un campamento cerca de las rozas y allí se quedaron, distribuyendo presentes, por una noche. Cuando retornaron al Panorama, ocho Karipuna los acompañaron para conocer el Puesto.
En los años 1981-2 la mayoría de los Karipuna ya estaba viviendo en las inmediaciones del Puesto. Sólo una familia del grupo Mutum-Paraná habría permanecido “en el bosque”, como dicen. Es difícil recomponer la población total de este grupo en la época del contacto. Oficialmente fueron registradas 33 personas (18 de la maloca del igarapé Contra y 15 del Mutum-Paraná). No obstante, los informes y las declaraciones de la población remanente más vieja (Katsika y Aripã) nos llevan a considerar un número mayor (algo en torno de 55 personas).
Después de establecerse cerca del Puesto, comenzaron los óbitos en gran escala, originados por gripes y neumonía. Los Karipuna, sin los anticuerpos necesarios, morían rápidamente. La Funai llegó a abrir una pista de aterrizaje en la margen derecha del Jacy-Paraná, intentando prestar una atención más rápida, pero esto no funcionó. En 1996 solamente 6 Karipuna conformaban el grupo que sobrevivió al contacto; en 2005 solo cuatro.
Población
En la genealogía de arriba identificamos (en azul oscuro) toda la población Karipuna actual. En azul claro está aquella parte residente en la Tierra Indígena Elisângela y Angélica, cuyos miembros se casaron con “civilizados” y no viven más en la aldea del Jacy-Paraná desde hace mucho tiempo (sus hijos la visitan eventualmente). Caipu (azul claro) se casó con una india Arara y reside hace años en la TI Igarapé Lourdes y no tiene hijos.
Residiendo permanentemente en la aldea Panorama están Katisiká (casada hoy con Manuel Uru-Eu-Wau-Wau), sus hijos Adriano, André y Andressa; Aripã (casado con Rita Kawahibi – sin hijos) y su hijo Batiti (casado con “civilizada”), el cual tiene cuatro hijos pequeños. Reside allí (en la casa de Katisiká), desde el contacto, un indio que se dice “Tupinambá”, llevado para servir de intérprete en la época de la “atracción”. Por tanto, residen en la TI (aldea Panorama) 14 personas [datos del 2004].
Aspectos culturales
Aparentemente los remanentes Karipuna derivan de dos grupos locales (malocas): el de Jacaré’humaj y el de Tokwa. Pero la situación actual de los Karipuna no recuerda ni remotamente a aquella anterior al contacto. Otros grupos de la región, después del impacto inicial del contacto, consiguieron rehacer (o todavía la están rehaciendo, como los Uru-Eu-Wau-Wau) su demografía y, con eso, mantuvieron los padrones principales de su organización social. La catástrofe demográfica post-contacto ocurrida entre los Karipuna no les facultó ni faculta cualquier oportunidad de reproducción de sus estructuras de organización tradicional.
Adriano Tangare’i y Antonio Batiti son bilingües y conocedores de la mitología y de la terminología de parentesco, pero ambos desposaron “civilizadas” (de las que ya se separaron) y sus hijos no hablan ni entienden la lengua Karipuna. De todos modos, realizan todavía la ceremonia del cambio de nombres y, según informaron, pretenden hacer fiesta para la primera menstruación de Andressa Bó’ri. Hay un gran riesgo de que ese ritual se realice por última vez.
No hay mas chamanes en la aldea, pero tanto Aripã cuanto Katsiká conocen “remedios del bosque”. Já’huj (abuelo materno de Aripã) fue el último chamán de los Karipuna. Por otro lado, las concepciones nativas sobre el destino post mortem del alma (-éñiñi) todavía permanecen activas – a pesar de incorporar al espíritu “Jesús” (purejapi’nã) como el espíritu (anhãgá) predador que, al devorar el corazón del humano, consuma su pasaje hacia el “cielo” (ywagá). Este lugar es donde viven las almas y es casi igual a la vida en la tierra: hay caza y pesca, pero allí sólo conocen el arco y la flecha (no hay escopetas). Allí también se casan, pero no obedecen las reglas de casamiento: “allá en el cielo es igual a aquí; pero estar por aquí es mejor” (Aripã).
Actividades productivas
La TI Karipuna es pródiga en animales de caza, peces, además de castaña y caucho, así como frutas de palmeras, tales como el buriti [Mauritia flexuosa], el tapaua y la bacaba [Oenocarpus bacaba]. No muy lejos de la aldea Panorama, por el río Jacy-Paraná, se encuentra un conjunto de trece lagos perennes abundantes en pescado (pirarucu, tucunaré, surubí entre otras especies) y hábitat de jacarés y animales con caparazón (tortugas y tracajás [Podocnemis unifilis]) así como de muchas aves acuáticas (patos, garzas, jaburus, etc.). Luego de pocas horas de caminada en el bosque ya se retorna con alguna presa. Los peces pueden ser encontrados en el mismo puerto de la aldea con alguna facilidad. Cazan con armas de fuego y pescan con líneas y flecha.
Desde el contacto, la “roza del Puesto” es la principal actividad de los funcionarios de la Funai allí establecidos. Se planta arroz, frijoles, mandioca, maíz y, en los campos, quedan el plátano, la caña y el mamón. Como la mayoría de los pueblos Tupí-Guaraní, los Karipuna tenían en el maíz su principal fuente de alimentación – hoy ya superado por la mandioca.
Producen harina, cuyo pequeño excedente es vendido fuera (la producción anual vendida es de seis a ocho sacos por año, a un precio medio de R$ 55,00 el saco). Parte de la producción del maíz también es vendida. Recolectan castaña para venta ( en la media anual, algo en torno a los 15 ó 18 sacos, o cerca de 66 latas a R$ 7,00 la lata). O sea, la renta obtenida por la comunidad no llega a R$ 1.000,00 por año.
Existen actualmente tres indios pensionados en la aldea y un funcionario del Estado de Rondônia (el profesor es el actual “cacique”). Hasta la interrupción del convenio de la Funasa (Fundación Nacional de Salud) con la Cunpir (Coordinación de las Naciones y Pueblos Indígenas de Rondônia, Norte de Mato Grosso y Sur del Amazonas), ocurrida en mayo del 2004, otro indio percibía como agente de salud. Por tanto, mensualmente llegan a la aldea cerca de R$ 1.500,00 en “salarios” recibidos por los indios, que son gastados en la adquisición de mercaderías (básicamente pilas, munición y ropas).
Ya no fabrican más cerámica y los utensilios de paja que todavía confeccionan son cestos (yruá) para cargar productos y el abanico (tatapekwaba). Katsiká todavía confecciona los cabestrillos de algodón en su telar tradicional; pero no hacen más la pesada (según describieron los funcionarios de la Funai en el tiempo del contacto) hamaca tradicional.
Fuentes de información
- FERREIRA, Manoel Rodrigues. A Ferrovia do Diabo. São Paulo : Companhia Melhoramentos, 1982.
- FONTES, Benamour. Relatórios ao SPI. Rio de Janeiro : Museu do Índio, 1976/1978.
- IBGE. Diagnóstico integrado e projetos identificados - subsídios ao Plano de Ordenação do Território - área de influência da BR 364 trecho Porto Velho /Rio Branco. Brasília : IBGE, 1988.
- LAGO, Nilde e LEÃO, Maria Auxiliadora. Avaliação “Ex-Post” do Programa Integrado de Desenvolvimento do Noroeste do Brasil, Polonoroeste. Paraná : Seplan, 1989.
- MEIRELES, Denise Maldi. Populações indígenas e a ocupação histórica de Rondônia. Cuiabá : UFMT, 1983 (dissertação de mestrado).
- SILVA, Francisco de A. Relatórios micro-filmados. Rio de Janeiro : Museu do Índio, 1977.
- HUGO, Vitor. Desbravadores, V.2. Manaus : Ed. Missão Salesiana de Humaitá, 1959.