De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Acervo Museu Plínio Ayrosa, década de 1920

Parintintim

Autodenominación
¿Donde están? ¿Cuántos son?
AM 480 (Siasi/Sesai, 2014)
Familia linguística
Tupi-Guarani
The printable version is no longer supported and may have rendering errors. Please update your browser bookmarks and please use the default browser print function instead.

Los Parintintin integran el conjunto de ‘pequeños grupos que se auto designan Kagwahiva, pero hoy son conocidos por nombres separados, muchos de estos dados por los grupos enemigos. Los Parintintin, nombre posiblemente otorgado por los Munduruku, son los que habitan más al norte. Entre las singularidades de los Kagwahiva en relación a los otros Tupi-Guarani, se destaca la organización social en mitades exogámicas con nombres de pájaros.

Localización

Cuando los Parintintin fueron “pacificados” por la FUNAI (Fundación Nacional del Indio), en 1922-1923, su territorio se extendía de la región este del río Madeira hasta la boca del río Machado, al este del río Maici. Hoy la mayoría de la población habita en dos Tierras Indígenas en el municipio de Humaitá, en el estado de Amazonas. Según los datos de la FUNAI, la TI Ipixuna, en 1999, era habitada por 54 personas y la TI Nove de Janeiro, en 2000, tenía una población de 80 personas.

Lengua

Foto: Acervo Museu Plínio Ayrosa, década de 1920.
Foto: Acervo Museu Plínio Ayrosa, década de 1920.

En su sentido más amplio, la designación Kagwahiva o Kagwahiva’nga significa “nuestra gente”, en oposición a tapy´yn, “enemigo”. Los grupos que se identifican como Kagwahiva hablan una lengua de la familia Tupi-Guarani. Entre estos, es posible discernir los dos dialectos más importantes: aquel hablado más al norte, entre los Parintintin. Los Tenharim, los Juma y los Jiahui; y el hablado por los grupos más al sur, los Urueu-wau-wau, Amondawa y Karipuna, distintos por pocas, pero significativas diferencias de vocabulario.

Todos presumiblemente son descendientes de los “Cabahyba” que habitaban las nacientes del río Tapajós a finales del siglo XVIII e inicios del XIX, y que constituyen uno de los grupos designados por Carl Friedrich von Martius como “Tupi Centrales”. Estos incluían, además de los Kagwahiva, los Kayabi (cuya lengua posee pronombres diferenciados por género, como entre los Kagwahiva) y los Apiaká.

Historia

Crianças ouvindo gramofone. Foto: IR1/SPI - Acervo Museu do Índio, 1927
Crianças ouvindo gramofone. Foto: IR1/SPI - Acervo Museu do Índio, 1927

Hay registros escasos sobre los Parintintin – relatos sobre sus ataques a lo largo del río Madeira –anteriores a su “pacificación”, la cual se dio por una expedición liderada por Curt Nimuendajú en 1922-1923.

Semejanzas fonéticas con los Urubu Ka´apor de Maranhão sugieren un origen costero del grupo, confirmado por las narrativas orales sobre una jornada río arriba de una “tierra sin agua” hasta su localización presente, atravesando un área extensa, donde no se veían márgenes durante dos días (posiblemente el bajo Amazonas).

La primera referencia histórica a los Kagwahiva data del siglo XVIII, cuando, de acuerdo con la investigación de Nimuendajú, ellos estaban localizados en la confluencia de los ríos Arinos y Juruena, formadores del Tapajós. Nimuendajú (1924) reconstruyó la historia de su grupo ancestral, llamado “Cabahyba” por Martius, el cual hizo una primera mención a ellos en el río Tapajós  durante 1797.

Los Kagwahiva fueron expulsados del Tapajós por los portugueses y los Munduruku a mediados del siglo XIX, dispersándose en dirección oeste rumbo al río Madeira (Menenedez 1989), donde los Parintintin están situados ahora; pero también al río Machado, donde Lévi-Strauss, y antes de él, Rondon y Numuendajú, encontró a los “Tupí-Cawahíb”; y, también, a lo largo del Machado hasta la región central de Rondônia, en cuyas tierras altas están hoy los Urueu-wau-wau, Amondawa y Karipuna.

Foto: Acervo Museu Plínio Ayrosa, década de 1920.
Foto: Acervo Museu Plínio Ayrosa, década de 1920.

A lo largo de la historia, las fisiones constituyeron un proceso continuo. Los muchos grupos Kagwahiva, que están en guerra los unos con los otros en la región, deben haberse dividido después de llegar al área, viniendo sucesivamente del Tapajós.

En lo que concierne a los Parintintin, se trataba de un pequeño grupo guerrero que a finales del siglo XIX e inicios del XX estuvo en conflicto con los caucheros a lo largo de los 400 km del río Madeira, después de haber sido llevado del río Tapajós, por los Munduruku, hasta la región del río Madeira.

Al final del siglo XIX, es probable que Byahú fuera el jefe de todos los Parintintin. Después de su muerte (en una emboscada de un Pirahã), ellos se dividieron en subgrupos: el hijo de Byahú, Pyrehakatú, subió al Valle del Ipixuna y se tornó jefe ahí; mientras Diai'í, después de la muerte de Byahú, lideró el desplazamiento de un grupo hasta la región del alto Maici, donde Nimuendajú estableció su puesto de pacificación; el tercer grupo tomó para el sur, cerca de la boca del río Machado, liderado por Uarino “Cuatro Orejas”.

Después de la pacificación, los puestos del SPI (Servicio de Protección a los Indios, órgano precursor de la Funai) fueron instalados. Uno de ellos en un cañaveral en el Ipixuna, y otro cerca del área de caucho Calamas. En 1942, cuando el SPI pasaba por una crisis económica e institucional, su actuación en el lugar fue cerrada bajo el pretexto de punir a un jefe insurgente, el hijo adoptivo de Pyrehakatú, Paulinho Neves (Ijet), que entonces se tornó en el jefe en el área del Ipixuna.

Los grupos Parintintin también vivían cerca de Três Casas, en el área de caucho de Manuel Lobo, el cual llamó al SPI para iniciar la pacificación en 1922. Posteriormente, durante los años 70, fue instalado allí un puesto indígena, bajo la gestión de la administración de la Funai en Porto Velho.

Organización Social

Como entre los demás Kagwahiva, la organización social parintintin está compuesta por mitades nombradas por especies de pájaros con características contrastantes. Cada mitad corresponde a un grupo patrilineal exogámico (o sea: los individuos pertenecen a la mitad de su padre y sólo se pueden casar con alguien de la mitad opuesta).

Las aldeas parintintin no son muy grandes, sobretodo, desde la reducción de la población debido al contacto. Las aldeas cuentan típicamente con tres a cinco familias nucleares. Antes de la “pacificación”, las aldeas mayores, bajo el mando de Pyrehakatú, contaban con un poco más de dos o tres veces este tamaño.

Generalmente, las aldeas se localizan en la orilla de los igarapés, que dan acceso al transporte en canoas y a la pesca. La configuración tradicional de la aldea consiste en una única casa comunal (ongá), en la cual cada familia nuclear ocupaba un segmento entre los pilares centrales y las paredes laterales, donde colgaban sus hamacas. Apenas, excepcionalmente, las grandes aldeas tenían dos casas. Alrededor de la casa, o entre las dos casas, quedaba la Plaza (okará) que, de forma rigurosa, era mantenida limpia de la maleza. Una aldea para ser considerada buena, también debía tener árboles frutales.

Después de años de contacto con la sociedad no –indígena, la ongá fue substituida por casas que albergan apenas a la familia nuclear, de formato semejante a las casas de los caucheros, hechas de madera, con dos cuartos separados y un cuarto abierto al frente. Una aldea actualmente consta de aproximadamente tres o cuatro de estas casas.

Parentesco

Entre los Parintintin, las mitades patrilineales exogámicas tienen nombres de los siguientes pájaros: los myt m (mutum, ave doméstica comestible) y el kwandú (arpía, gavilán). La mitad Kwandú está todavía asociada a los papagayos de cabeza roja, taravé. Mientras que todos los Kagwahiva tienen al mutum como mitad, la otra es identificada por diferentes papagayos: taravé entre los Tenharim, kanindé (el papagayo azul y amarillo) entre los Urueu-wau-wau, y también un papagayo diferente entre los Karipuna.

Entre los Parintintin, el sistema se torna más complejo con un tercer grupo, los Gwyrai’gwára, que son considerados Kwandú, pero se casan indistintamente con otros Kwandú o con Mutum. Ellos están identificados con el japú, un pájaro amarillo que construye su nido en las ramas sobre los ríos e igarapés.

Como el patrón de matrimonio parintintin es uxorilocal (el hombre va a vivir con la familia de la esposa) y las mitades patrilineales, estas no poseen correspondiente geográfico.

Los Kagwahiva parecen ser los únicos entre todos los grupos Tupi-Guarani que poseen mitades exogámicas. Es poco probable que las mitades hayan sido incorporadas de sus enemigos tradicionales, los Munduruku, pues sus mitades Roja y Blanca tienen una estructura diversa. La fuente más probable parece ser los Rikbaktsa, que eran vecinos del grupo ancestral Cawahib en el río Arinos y que tienen un par de mitades con nombres de pájaros: especialmente los amarillos y los papagayos rojos.

La terminología de parentesco parintintin corresponde a un sistema de dos secciones ajustado a tales mitades, con términos de sibling extensivos a la misma generación de miembros de una misma mitad, siendo el hermano de la madre y la hermana del padre identificados como afines clasificatorios. Todos los primos cruzados (hijo de la hermana del padre o del hermano de la madre de sexo opuesto al sujeto en cuestión) de la misma generación son miembros de mitades opuestas y son designados amotehé, un término que significa “amante” en otras lenguas Tupi-Guarani, esto porque potencialmente se pueden casar.

Un aspecto del parentesco parintintin que no fue verificado entre los demás Kagwahiva son las series distintas de términos para parientes muertos. Para hablar de un pariente muerto, no se puede usar el término que se usaba para referirse a este cuando estaba vivo. Hay una serie de términos de parentesco exclusivos para los parientes muertos, algunos de ellos acrecentando el sufijo –ve’e al término de parentesco regular, pero algunos son completamente diferentes “pai”= rúva, “pai falecido”= poría.

Matrimonio

El matrimonio parintintin es tradicionalmente definido por una serie de arreglos desde el nacimiento. Cuando nace un niño, debe ser nombrado por el hermano de la madre que tenga un niño pequeño del sexo opuesto. En el ritual de menarquía (primera menstruación) de la sobrina, esta se puede casar con su primo cruzado, hijo de la persona que lo nombró. Durante la ceremonia, la novia es dada por dos hermanos reales o clasificatorios (los primos paralelos). Estos hermanos, en contrapartida, ganan el derecho, uno de ellos, de dar el nombre al hijo que ella vaya a tener y, así, garantizar el parentesco de aquel niño con un hijo suyo. Un hombre concluye su matrimonio por medio de un período de “servicio a la novia”, en el cual trabaja para el suegro (tutý). Al final de este período, cerca de cinco años en el caso de la primera esposa, y menos para una subsecuente, el matrimonio es considerado enteramente realizado. La pareja entonces se muda para su propio sector en la maloca (ongá), o, más recientemente, es libre de construir su propia residencia. En este punto, el yerno está, en principio, libre para dejar la aldea (si convence a su esposa); pero en la práctica la pareja usualmente continúa en el grupo de la esposa, y el marido se torna uno de los yernos que siguen al suegro.

La poligamia era practicada, preferiblemente entre hermanas, pero nunca fue muy popular por causa de la complejidad de las relaciones familiares en cuestión. Un hombre con cinco esposas es puesto en ridículo por su imprudencia. Cuando un hombre se casa por segunda vez, la primera esposa es considerada libre para dejarlo si ella quiere; pero en algunos casos es la propia esposa que le pide al marido que se case con su hermana. Muchos matrimonios todavía siguen las reglas de las mitades exogámicas, pero es muy difícil para los jóvenes encontrar cónyuges apropiados de la mitad opuesta, y el sistema de relaciones sociales viene siendo alterado. La monogamia es fuertemente sugestionada por la misión salesiana, que viene una vez por año a sacramentar los matrimonios, así como por la población local no-indígena, que frecuentemente se configura entre los padrinos de las parejas parintintin.

Durante el período del servicio a la novia, la pareja y sus hijos son considerados parte de la unidad doméstica del padre de la esposa. Ellos cuelgan sus redes en la sección del suegro en la maloca (hoy en día en el cuarto de su familia) y cocinan en el mismo fuego. El yerno entrega toda su caza para que el suegro la distribuya, y arregle su casa. El no tiene una plantación propia, pero ayuda a limpiar el terreno de la plantación del suegro.

Este ciclo de desarrollo es seguido más estrechamente en el caso del primer matrimonio de un hombre. Cuando alguno de la pareja ya fue o es casado, el nuevo par tiene más autonomía.

Socialización

Los niños pequeños son cargados en los brazos de su madre para que tengan libre acceso a su seno y son cuidados por ella hasta cerca de los tres años. Como dos niños no deben ser cuidados por la madre simultáneamente, si uno nace antes que el otro haya sido destetado y adquirido mayor autonomía, no es cuidado por la madre, sino por la hermana mayor.. Para evitar esta situación, se hace un gran esfuerzo para tener hijos con intervalos de mínimo cinco años, usando hierbas contraceptivas.

Los niños que ya aprendieron a caminar pasan a los cuidados de una hermana mayor. No siempre esta acepta la tarea de buen gusto, pero un lazo especial generalmente acaba creciendo entre el niño y aquel que lo cuidó. A los niños les es dada una considerable libertad de decisión, y las puniciones físicas son fuertemente evitadas; así como el valor de la generosidad es estimulado desde muy temprano.

Como ya fue mencionado, el primer nombre es dado a un niño (mbotagwaháv, “nombre de brincadeira”) por un hermano de la madre en una ceremonia de nombramiento. Durante la iniciación masculina, el niño recibe su tatuaje facial y su primer ka’á, estuche peniano, de un hermano de su padre, que le da como regalo un nuevo nombre, asociado a una mitad, que substituye su nombre de nacimiento. Posteriormente, nuevos nombres son asumidos conforme las transformaciones de estatus social por los cuales pasa el individuo, como el matrimonio o la entrada en una nueva fase de la vida, o todavía en ciertos eventos especiales: una mujer en el nacimiento de su primer hijo (a), o un hombre que le quitó la cabeza a un enemigo (práctica que ya no ocurre hoy en día).

La iniciación femenina ocurre en la menarquía, cuando la joven es aislada por diez días en una red atrás de un compartimento y queda restringida a rigorosos tabúes de gestos y alimentación. Al final ella es cargada hacia el río por su padre o por un hermano y es ritualmente bañada y, posteriormente, tatuada en el rostro. Su matrimonio con el primo cruzado (idealmente) ocurre en seguida.

Resultando de la combinación de mitades exogámicas patrilineales con el servicio de la novia, una maloca parintintin consiste en un padre e hijas de una mitad, y los yernos de la mitad opuesta. El hermano de la madre (tutý), como futuro suegro, es tratado con el mismo respeto que el padre. Es con el hermano del padre (ruvý) y con la hermana de la madre (hyý) que las relaciones más próximas y afectivas son establecidas.

Organización política

El liderazgo en las sociedades kagwahiva recae primordialmente en el líder del grupo doméstico o aldea, llamado mborerekwára'ga, “aquel que nos mantiene unidos”, o, más frecuentemente, ñanderuviháv, que puede ser entendido también como “nuestro co-residente” (-ruv-, “estar en”, “vivir en”), o todavía como “la persona de nuestro padre” (de nombre ruv-, “padre”). Entre los Parintintin, además de este líder/suegro, está el líder regional, generalmente de un trayecto del río (ñanderuvihavuhú/ mborerekwaruhú).

Un hombre que casa a sus hijas puede volverse el núcleo de una aldea, con un grupo de yernos seguidores. Frecuentemente la autoridad del líder es reforzada por un hermano dividiendo el mandato, ga-irúno. La esposa del líder también es una compañera crucial, con importantes obligaciones de hospitalidad y como líder de las mujeres en la aldea. Tradicionalmente, el líder se retira de este cargo cuando su primera mujer muere. Él puede ser sucedido por un hijo o un yerno. Un hijo que pasa a suceder a su padre puede ser dispensado del servicio de la novia, o abreviarlo.

El modo de control de conflictos y comportamientos inadecuados en los grupos parintintin es evitarlos. Un gran énfasis en la socialización infantil es dado a la asertividad en relación a la competencia y a la violencia en los juegos. Un líder trabaja para atenuar los conflictos en el grupo más por medio de la persuasión y mediación que por coerción. En el caso de conflictos irreconciliables, una de las partes deja al grupo. Así, los conflictos intergrupales se desdoblan en la formación de nuevos grupos, generando una situación de rivalidad y antagonismo entre los grupos vecinos.

La guerra era un importante aspecto cultural de los Parintintin antes del contacto, así como era en las sociedades Tupi de la costa. Los ataques eran liderados por ñimboipára'nga,, “organizadores de ataque”, cuya posición apenas duraba el tiempo del embate.

El prestigio masculino en este período precontacto estaba dado, sobre todo, por la captura de una cabeza de enemigo, que debería ser exhibida en una akangwéra torýva (“danza de la cabeza-premio”), exuberante festividad que celebraba el hecho. El captor de la cabeza adquiría entonces el honorable estatus de okokwaháv. Hay evidencias del consumo ritual de ciertas partes de enemigo muerto como forma de adquirir sus cualidades, o para que las mujeres tengan un hijo hombre.

Después de arrancar la cabeza del enemigo, el matador era obligado a pasar un período de reclusión ritual, como la que pasaba la mujer en su primera menstruación. Después de este período, él ganaba un nuevo nombre.

Cosmología

La cosmología parintintin tiene como expresión central el mito de Pindova'úmi'ga (o Mbirova'úmi'ga), el poderoso ancestral jefe/chamán que creó a la Gente del Cielo (Yvága'nga), que aparece para los chamanes en sus ceremonias. En la narrativa mítica, Pindova'úmi'ga va sucesivamente al cielo, al río, al subsuelo y al interior de un árbol, encontrándolos ya ocupados por, respectivamente, muchos espíritus, peces, fantasmas y abejas. Él yergue entonces su casa del trayecto de la floresta más fértil hacia el segundo nivel del cielo, que todavía estaba vacío, donde él y su hijo se tornan la Gente del Cielo.

Modelo mítico para los chamanes, Pindova'úmi'ga debe ser distinto del creador-trickster Mbahíra (Maír en otras mitologías Tupi), que trajo el fuego a los hombres y dio origen a muchos ítems y prácticas culturales, así como dio forma al paisaje. Un tercer ancestral, la “Mujer Vieja” (Ngwãiv) fue cremada por sus hijos y transformada en cultivos como maíz, yuca y otros tubérculos.

Prácticas religiosas

Tabúes alimenticios constituyen una parte sólida y central de la vida de los Parintintin más viejos. Diferentes tipos de comida son evitados (principalmente pez, carne y miel) durante el embarazo y después del nacimiento del niño. Restricciones para evitar enfermedades, especialmente en los niños son extendidas a los parientes más próximos.

Lidiar con yuca es peligroso cuando se está enfermo. En otro ejemplo, el sexo es prohibido cuando la liana de timbó (por su asociación al semen) está siendo usado en el envenenamiento de peces. El sexo entre primos paralelos (miembros de una misma mitad) causa la muerte de los hijos de los transgresores. Ciertas prácticas hacen a un cazador paném, esto es, incapaz de matar a ciertas especies de animales o peces. Los cazadores que sospechan estar en paném, hoy en día, van a un curandero para librarse de este estado.

La cura con plantas era realizada por un chamán (ipají) en una ceremonia llamada tocaia (“cacería ciega”). El ipají debería entrar en trance en un pequeño espacio (tocaia) en la plaza, haciendo un viaje espiritual en todos los niveles del cosmos para convencer a los espíritus a venir y soplar al paciente y recuperarlo. Otro chamán podría salir de la tocaia y conversar con los espíritus. Las regiones visitadas por el chamán en su trance corresponden a los niveles del cosmos visitados por Pindova'úmi'ga. El viaje se concluye con una visita de convencimiento a la Gente del Cielo, y por fin al propio Pindova'úmi'ga. Cada espíritu podía anunciarse con una canción específica (entonada a través de la voz del ipají en la tocaia), y era respondida por el ipají que estaba fuera, que debía pedir su ayuda.

El acto de soñar está estrechamente asociado al chamanismo. Un ipají o un aprendiz pueden encontrar espíritus en sus sueños. Personas comunes pueden tener sueños premonitorios, principalmente relativos al éxito en la cacería, o a la enfermedad y a la muerte. Pero un chamán puede controlar la llegada del futuro en sus sueños. Los ipají, inclusive, nacían por medio de sueños: un ipají podía soñar con un espíritu particular, o con alguna Gente del Cielo, que anunciaba su nacimiento de una mujer específica. El próximo hijo de esta mujer, entonces será destinado al aprendizaje del chamanismo por el chamán que soñó, y el espíritu que renació en él podrá ser su rupigwára, el espíritu agente de su poder.

El rito religioso central de los Parintintin es la ceremonia de cura por un ipají, pero ya no es practicado. La cadena de transmisión del conocimiento chamanístico fue quebrada por la muerte prematura de muchos chamanes por causa de las epidemias que vinieron después del contacto. Muchos de los niños soñados por el último ipají todavía están vivos, pero él murió antes que pudiera transmitirles su conocimiento.

Los Parintintin hoy viajan para Humaitá o Porto Velho y usan el sistema público de salud; pero de forma complementaria a los medicamentos de los blancos, ellos siempre recurren a los curanderos regionales, cuyos métodos remiten a las antiguas tradiciones ibéricas de cura y a prácticas indígenas.

Actividades económicas

Tradicionalmente, la economía kagwahiva está basada en la caza, pesca, recolección y agricultura. La pesca era realizada con arco y flecha en canoas o, durante la estación lluviosa, en plataformas triangulares (mbytá) hechas de varas amarradas entre los árboles en el trayecto de selva inundado. Cuando las lluvias paran, las áreas que quedan inundadas en la selva son también envenenadas con timbó, y los peces flotan en la superficie, cuando son flechados.

La caza, hoy hecha con armas de fuego, antes era realizada con flechas. Las partes de la caza o de la pesca eran distribuidas por los cazadores de acuerdo con los lazos familiares. Las partes mayores debían ser traídas para el jefe o el suegro, que usualmente eran la misma persona, quien debía distribuirlas en la comunidad.

Los campos para las plantaciones eran limpiados anualmente en áreas seleccionadas por los líderes, que podían designar lugares específicos para cada núcleo familiar. Al pedir ayuda de la colectividad para limpiar el terreno, un hombre debía promover una fiesta como retribución.

Las mujeres acostumbraban plantar y recolectar, aunque esto fuera hecho en grupos familiares. Las plantas tradicionalmente cultivadas incluían una gran variedad de maíz, la cual fue perdida. Hoy ellos cultivan yuca y muchas variedades de papas y ñames. Los árboles frutales son plantados en áreas próximas a la aldea. Las frutas son recolectadas o derrumbadas de árboles altos con varas por las mujeres y los niños. Los tracajás (especie de tortuga) son capturados en la selva y los huevos que dejan en las playas durante la estación de la seca son  muy apetecidos. Hay también decenas de variedades de miel.

División del Trabajo

Tradicionalmente, los hombres limpian el terreno para la plantación en la estación de la seca y las mujeres son responsables por la plantación y la cosecha. Los hombres, sin embargo, siempre ayudan a sus esposas en la cosecha, porque el trabajo en las plantaciones también es entendido como una ocasión para las actividades sexuales. Actualmente, debido a la influencia de la población regional no-indígena, la recolección de la yuca y otros productos es, primordialmente, una actividad familiar. Hoy, los hombres y las mujeres también trabajan juntos en la elaboración de la harina de yuca y de la torta de yuca.

Actividades comerciales

El principal transporte en el cotidiano de los Parintintin hoy es la canoa. Algunas de ellas son todavía hechas de los troncos de los árboles, pero la mayoría es comprada a no-indígenas. Los más viejos hacen excelentes arcos y flechas. Las redes eran confeccionadas de algodón plantado en las aldeas por las mujeres, pero ahora son hechas de un material menos resistente comprado en el comercio. La fabricación de objetos de cerámica no consta en la memoria de los Parintintin vivos. Los utensilios de metal comprados son usados para cocinar; estos fueron introducidos inclusive antes del contacto oficial por medio de ataques a las casas de los caucheros. Las mujeres, y hoy también algunos hombres, hacen excelentes cestas, que sirven también para el transporte durante las expediciones de cacería.

El dinero hoy es necesario, sobre todo, para la compra de armas de fuego. Los Parintintin están muy presionados económicamente, principalmente por los frentes de extracción, como los caucheros. La explotación indebida de los recursos de su territorio por migrantes no-indígenas amenaza su sobrevivencia.

Su población viene disminuyendo, suman hoy menos de 200 individuos, muchos de los cuales oscilan entre vivir en la Tierra Indígena y trabajar para los madereros de las ciudades como Humaitá y Porto Velho. Algunos hombres trabajan en obras de infraestructura, como carreteras, y las mujeres como empleadas domésticas. Algunos fueron exitosos como cocineros, barqueros o “regatões” (comerciantes que pasan vendiendo desde sus embarcaciones) en el río Madeira. Unos pocos también hicieron carrera como traductores y funcionarios de la Funai.

Fuentes de Información

  • BETTS, LaVera. Dicionário Parintintín-Português-Parintintín. Brasília : Summer Institute of Linguistics, 1981.

 

  • KRACKE, Waud H. Force and persuasion : leadership in an Amazonian society. Chicago : Univ. of Chicago Press, 1978. 340 p.

 

  • -------. “Kagwahiv moieties: form without function?”. In: KENSINGER, Ken (ed.). Marriage patterns in Lowland South America. Urbana : University of Illinois Press, 1984. pp. 99-124.

 

  • --------. El sueño como vehículo del poder shamánico : interpretaciones culturales y significados personales de los sueños entre los Parintintin. In: PERRIN, Michel (Coord.). Antropología y experiencias del sueño. Quito : Abya-Yala ; Roma : MLAL, 1990. p. 145-58. (Colección 500 Años, 21)

 

  • -------.“He who dreams: the nocturnal source of healing power in kagwahiv shamanism”. In: LANGDON, J. e BAER, G. Portals of power: shamanism in South America. Albuquerque : University of New Mexico Press, 1992. pp. 127-148.

 

  • LÉVI-STRAUSS, Claude. "The Tupí Cawahib". In: STEWARD, J. Handbook of South American Indians Vol. 3, The Tropical Forest Tribes. Washington, D.C.: Smithsonian Institution Press, 1948. pp. 299-305.

 

  • -------. "Tupi-Kawahib". In: Tristes trópicos. São Paulo : Companhia das Letras, 1998 [1ª ed. 1955].

 

  • LEVINHO, José Carlos. “Os Parintintin.” Boletim do Museu do Índio, s/d.

 

  • LINS, Joaquim Gondim de Albuquerque. A pacificação dos Patintintins. Manaus : s.ed., 1925. 68 p.

 

  • MENENDEZ, Miguel. Os Kawahiwa. Uma contribuição para o estudo dos Tupi Centrais. São Paulo : Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas da Universidade de São Paulo, 1989. (tese de doutorado em Antropologia Social).

 

  • NIMUENDAJÚ, Curt. Os índios Parintintin do rio Madeira In: Textos indigenistas. São Paulo : Loyola, 1982 [1ª ed. 1924]. p. 46-110.

 

  • -------. "The Cawahib, Parintintin and their neighbors." In: STEWARD, J. Handbook of South American Indians Vol. 3, The Tropical Forest Tribes. Washington, D.C.: Smithsonian Institution Press, 1948. pp. 387-397.

 

  • PAES, Silvia Regina. Mito e cultura material. Terra Indígena, Araraquara : Centro de Estudos Indígenas, v. 12, n. 76, p. 3-42, jul./set. 1995.

 

  • SAMPAIO, Wany Bernadete de Araújo. Estudo comparativo sincrônico entre o Parintintin (Tenharim) e o Uru-eu-wau-wau (Amondawa) : contribuições para uma revisão na classificação das línguas tupi-kawahib. Campinas : Unicamp, 1997. 94 p. (Dissertação de Mestrado)

 

  • SCHROEDER, Ivo. Indigenismo e política indígena entre os Parintintin. Cuiabá : UFMT, 1995. 169 p. (Dissertação de Mestrado)