De Pueblos Indígenas en Brasil
Foto: Milton Guran, 1979

Manchineri

Autodenominación
Yine
¿Donde están? ¿Cuántos son?
Bolivia 38 (Censo Nacional de Poblacion y Viviendas, 2012)
AC 1332 (Siasi/Sesai, 2020)
Peru 90 (INEI, 2007)
Familia linguística
Aruak
The printable version is no longer supported and may have rendering errors. Please update your browser bookmarks and please use the default browser print function instead.

Los Manchineri comparten con los Piro, en la Amazonía peruana, una lengua aruak (del ramo Maipure) y gran parte de su sistema social y cosmológico. Se los podría considerar como grupos que forman o formaron parte de un mismo pueblo. En el territorio brasileño, la mayoría de los Manchineri vive en la Tierra Indígena Mamoadate, aunque todavía hay muchas familias que viven en los cauchales del Acre, sobre todo en el interior de la Reserva Extractivista Chico Mendes.

Localización y ambiente

Foto: Tony Gross, 1979.
Foto: Tony Gross, 1979.

Actualmente, los Manchineri ocupan una parte de la región sur del Estado de Acre en Brasil y otros puntos en Perú y Bolivia. Hoy, en el territorio brasileño, los Manchineri son un pueblo que se encuentra disperso por la Tierra Indígena (TI) Mamoadate y en la TI Manchineri del Cauchal Guanabara y en número menor, en el San Francisco y en el Macauã, del mismo modo en la ciudad de Assis Brasil.

A grandes rasgos, los Manchineri dividen el ambiente que ocupan en tres grupos: los ríos, los campos limpios y la mata. Históricamente los Manchineri circulan por estos tres ambientes desde que ocupan la región.

Los ríos y las matas son locales un tanto fijos, sin variaciones de posición entre las estaciones. Los campos limpios están ubicados en las márgenes de los ríos y en general aparecen sólo en las épocas de verano. Como se trata de planicies que se inundan en la época de crecida del río, cuando el río baja, una parte del terreno que estaba inundado queda cubierto por las gramíneas de una forma bien variada. En estos locales, se encuentran y cazan con alguna frecuencia, animales de pastoreo, como venados y otros que se dirigen constantemente al río, como los carpinchos.

La mata, de manera general, se divide en: restinga – mata sin taboca (un tipo de bambú con espinas), limpia por abajo, fácil de caminar y con mucha caza, constituye una vegetación más antigua y próxima al clímax ecológico. En general están a una cierta distancia de los puntos de ocupación humana. En el sentido opuesto, tenemos la mata con taboca – donde existen pocos árboles de pequeño y mediano porte, se trata de una vegetación joven. Es más común en los bordes de los senderos, alrededor de las plantaciones o donde éstas fueron abandonadas. Asimismo, hay un espacio de transición, la mata mezclada – donde el tabocal completó su ciclo de vida y empieza a morir, y la mata empieza a crecer, donde hay pocos o ningún árbol de gran porte.

La Funai (Fundación Nacional del Indio), creó la Tierra Indígena de Mamoadate en 1975. El sertanista (especialista en el sertão) José Carlos dos Reis Meirelles Jr. Fue el responsable por la transferencia de los indios del cauchal de Guanabara, donde había un conflicto intenso entre los extractivistas y dueños de tierras, dado que vastas áreas se estaban vendiendo a ganaderos latifundistas del Sur del país.

La TI Mamoadate, está ubicada alrededor del río Iaco (la naciente está en Perú) – se inicia en el Igarapé Mamoadate y se extiende hasta los límites del Brasil con Perú. En las TI existen las siguientes aldeas; Peri, Jatobá, Santa Tereza, Santa Cruz, Laranjinha, Senegal, Cumaru, Lago Novo y Extrema. Con excepción de Senegal, todas se localizan en la margen derecha del río Iaco (Haverroth, 1999).

El Cauchal Guanabara, ocupa la región noroeste de la Reserva Extractivista Chico Mendes. Los Manchineri habitan los siguientes lugares: Altamira, Mamoal, Água Boa, Samaúma, Javali, Mutum, Boa Vista, Natal, Paxiubal, División de Guanabara, Mantiqueira y Livramento (Haverroth, 1999).

Historia

Aproximadamente en 1880, el explorador Antônio Loureiro, identificó a los Manchineri como habitantes naturales del Macauã y Caiaté sin ser vistos en el Iaco (Gonçalves, 1991). Los Manchineri de alrededor de 90 años contradicen esta información, pues afirman que siempre vivieron en ese local y que sus padres y abuelos ocupaban esa área desde mucho tiempo atrás. De acuerdo a sus estimativas, en el pasado eran como 2000 personas que ocupaban el territorio que comprende desde el alto Iaco, a partir del igarapés Abismo, hasta lo que hoy es el cauchal Nova Olinda, llegando incluso hasta Sena Madureira.

De acuerdo al relato de los Manchineri, antes de que tuvieran un contacto más intenso, con los frentes extractivistas, se dividían en Manchineri, Hijiuitane, Uinegeri, Cuchixineri, Hahamlineri e Iamhageri. Formaban los Yineri (con origen en la palabra Yine, “nosotros”). Vivían todos próximos y se casaban entre sí. El antropólogo Peter Gow, describe una situación semejante para los Piro antiguos, que no vivían como un único pueblo, sino que estaban divididos en muchos grupos, neru. Cada grupo tenía un nombre, como los Manxineru (pueblo del árbol Tamamuri), Koshichineru (pueblo pájaro pequeño), Nachineru (pueblo hambriento), Getuneru (pueblo sapo) y Gimnuneru (pueblo cobra). Sin embargo, de acuerdo a Gow (1991:63), dicen los Piro que estos grupos no se casaban entre sí. Sólo lo empezaron a hacer cuando los patrones del caucho los esclavizaron y obligaron a vivir juntos.  

En el siglo XIX, se inician grandes irrupciones en la región, y los indios empiezan a sufrir los horrores de las correrías. Existían dos frentes de presión: desde el Perú al Brasil, los caucheros, y del Amazonas a Bolivia, los que se dedicaban a la extracción de la goma, que inclusive trataban de fijar familias en la región. En un primer momento, no se incorporó a los indios como mano de obra para la extracción, sino como macheteros y guías para la búsqueda de nuevos cauchales. Sólo cuando la crisis (consecuencia de la caída del precio del producto) se estableció fue que se los incentivó a extraer la goma.  

Según cuentan los Manchineri, la goma se transformó en su modo de vida, aumentando los conflictos internos y entre los grupos y la dispersión de sus ancestrales Yineri. Hubo un largo conflicto con los bolivianos y peruanos, que trataban de expulsarlos de sus tierras y después empezaron a esclavizarlos para el trabajo de extracción de goma, agricultura, proveimiento de caza y pescados, así como trabajos domésticos. En 1926, Batista & Roquete Pinto, trazan bien las líneas directrices de la situación:

Los Maneteneris son el grupo más guerrero de su región. Cazadores, pescadores, en poco tiempo se tornan excelentes ayudantes de los caucheros, desbravadores del Acre y constructores de las primeras villas civilizadas” (in Gonçalves, 1991:181).

Para intentar controlar a los indios se trazó como estrategia destruir sus aldeas, en aquel tiempo localizadas en las márgenes del Iaco. La convivencia entonces pasa a ser con distintos grupos de indígenas y no indígenas. Además de cortar caucho, los hombres pasaron a “mariscar” (la pesca con atarraya), extraer madera, cazar e incluso plantar para el “patrón”. Las mujeres, del mismo modo, pasaron a cuidar las plantaciones y la casa de los patrones. 

En la década de 1940 y 50 hay un nuevo movimiento en la industria extractivista, que activa una nueva ocupación de las tierras antes abandonadas. A partir de 1966, el Gobierno brasileño promueve un incentivo para que estas tierras sean definitivamente ocupadas y se invierte en la explotación de minerales, extracción de madera y agropecuaria. Comienza un movimiento especulativo muy intenso. Los caucheros endeudados vendían grandes propiedades a los especuladores del Sur del Brasil. En este momento, el índice de concentración de la tierra y la consolidación de las grandes propiedades que se destinarían a la ganadería, se efectiva a costa de conflictos sociales que resultaron en la expulsión de los colonos o indios de las antiguas áreas de los cauchales (Gonçalves, 1991:37).

Demarcación de la tierra

La tensión iniciada en los años 40 y 50 se extiende por toda la década del 70. En 1975, la Funai, a través del indigenista José Meireles, resuelve retirar a los indios de dentro de lo que se estaba transformando en un “barril de pólvora”. Los Manchineri que fueron trasladados a la TI Mamoadate habitaban en su gran mayoría el cauchal Guanabara. En 1977, entre Manchineri y Jaminawa había 500 indios en las aldeas. 

Los problemas entre los extractivistas y ganaderos en la región, aumentaron en la década de 80 y culminó con los hechos que llevan al asesinato de Chico Mendes, líder del sindicato local que luchaba para mantener a los caucheros trabajando en la selva. Asimismo, intentaba frenar la onda de derribadas y la posterior creación de la Reserva Extractivista que lleva su nombre, que incluye el cauchal Guanabara. Sin embargo, un grupo familiar que hoy tiene lazos de parentesco muy limitado con los habitantes de la TI, permaneció en el local.

Organización social

Foto: Milton Guran, 1979.
Foto: Milton Guran, 1979.

Entre los Manchineri, la familia básica está formada por el abuelo, abuela, hijos y nietos. Cuando no viven todos en la misma casa, ocupan residencias próximas, en el mismo terreno. Sin embargo, cada pareja tiene una plantación separada.

Las denominaciones de las categorías de parentesco manchineri se describen a continuación. En las dos primeras situaciones, las denominaciones independen del sexo del ego. La denominación de los tíos maternos o paternos independe de la relación de edad entre los hermanos. Npaliqleru y Npaliqlero son como los propios hijos de una determinada pareja, e incluso están prohibidos de casarse con los hijos de esta pareja designados por el mismo nombre, considerado un tabú de incesto. Por lo tanto, está prohibida la unión entre primos paralelos, algo idéntico al incesto. Por otro lado, la unión entre primos cruzados es muy común, aunque no es una regla.

Otra categoría que se encuentra entre los pueblos de la selva de Acre, incluyendo los Manchineri, son los compadres y comadres. El compadrazgo tiene una importancia fundamental en las cuestiones de alianza entre familias. Los compadres son prácticamente como hermanos, y en el habla, cuando los indios se refieren a alguien como su compadre, se nota la importancia de este vínculo. Entre los caucheros el procedimiento es el mismo. Se tornan compadres los padrinos de bautismo y los padres de hijos que se casan.

Chamanismo y rituales

Chamanismo

La palabra utilizada para chamán fue descripta como Karrunhotí. Gow la registró en Piro como Kagonchi. Este personaje recorría diversos círculos de la vida Manchineri.

Había un Karrunhotí. Iba solo a la mata a tomar “cipó” (planta típica de la selva tropical). Iba solamente con quien iba a curar, a la mata pura. Ataba una hamaca en el árbol y tomaba. Al día siguiente el sujeto estaba bien. Y de ninguna manera iba mujer. Él era el mismo que el Tuxau [el jefe político], era más que el Tuxau. Conocía otras cosas diferentes del Tuxau. Colocaba la hamaca y empezaba a cantar, y cuando llegaba la hora decía “llega aquí”. Ahí llegaba el que estaba enfermo, lo que podía sacar lo sacaba, lo que no podía lo chupaba. Al otro día estaba bien. Mostraba lo que había arrancado Karrunhotí mataba. Cuando había una muerte vengaba de verdad. Ellos se peleaban entre ellos, porque uno quería tener más poder que el otro. Antiguamente lo hacía así. Mi padre lo contaba así. Dijo que iba a cazar, él mandaba un yaguareté a acompañarlo. Ahí se perdía, el yaguareté aparecía y decía “no el camino es por allá”, el yaguareté contaba. Trabajaba por el Karrunhotí. Mi padre cantaba solo así” (Charuto, hijo de un famoso chamán manchineri, Ananias Batista).

Una de las señales de que el sujeto puede ser iniciado en la adquisición de las técnicas del chamanismo es el encuentro con seres sobrenaturales, como el “Caboclinho del Mato”, un hombre pequeño que vive en la mata. Es el que administra cuánto se puede o no cazar. Asimismo, es uno de los espíritus que enseñan a los aprendices de chamán. Este tipo de conocimiento se transmite principalmente durante sesiones de ayahuasca y el encuentro con un ser, con ese tipo de ser, en un estado ordinario, siempre es un evento bastante peligroso. “el Caboclinho de la mata” era un indio que se transformó en encantado de tanto tomar la hierba. Fue transportado al mundo espiritual con cuerpo y todo, sin pasar por la muerte. 

La adquisición del poder de un Karrunhotí, antes de ser conquistado, se lo transmite a la persona un ser físico o espiritual. Todo el proceso de formación del Karrunhotí, es un medio por el cual se prepara el cuerpo y la mente para que se pueda percibir y recibir el conocimiento. Para poder percibirlo se debe estar preparado, en un local propicio y a la hora apropiada y en un estado de espíritu determinado. Así se forma el puente entre los mundos, un puente vivo en la persona del chamán, del Karrunhotí.

Fiestas

Entre las fiestas tradicionales, se destaca la ceremonia de pasaje de la niña a los quince años, a la condición de mujer. La abuela pinta a la niña, Iunaulu, con tinta de jenipapo (Genipa americana), sobre una base de urucum (Bixa orellana) cocido. Entonces, los padres de la joven ofrecen una fiesta para toda la aldea que dura un día entero, con mucha caiçuma (bebida fermentada preparada a base de mandioca o frutas), y comida. Gow (1991:130) menciona que hoy en día, este festival para festejar la pubertad “no es más que un recuerdo” para los Piro. Al contrario, los Manchineri, tienen en esta festividad el único remaneciente de cualquier tipo de ceremonia colectiva. Sin embargo, esta fiesta sólo ocurre en las aldeas dentro de la Tierra Indígena y no en los cauchales.

En la memoria de los viejos hay otro evento colectivo, la Hincaclu, una danza tradicional de la cual pocos se acuerdan algunos pasos. Cuenta doña María Paula:

“Mi abuelo y mía abuela vivían en el alto Iaco, donde ahora es Extrema y ellos bailaban la danza nuestra de antiguamente. Sostenían la mano del otro y bailaban. Yo nunca vi mi madre me cuenta. Antiguamente jugaban, se abrazaban. Mi padre jefe tocaba y había mucha comida. Tocaba aquella cáscara de cumaru de aroma (Amburana acreana), larga así, los niños la traían de la mata. Mi padre cantaba y cantaban mujer y hombre, todos juntos. Yo ya no sé más las músicas, mamá sabe, yo no se más. Pasaba cuando ellos querían jugar, ahí charlaban con los otros y realizaban la danza, cuando querían festejar”. 

 

Aspectos cosmológicos

Foto: Milton Guran, 1979.
Foto: Milton Guran, 1979.

Para los Manchineri, los “otros mundos” están mezclados con este, sin que se puedan distinguir barreras nítidas. Se manifiestan de acuerdo al estado de conciencia en que el individúo se encuentra. Aunque estas alteraciones no pasan necesariamente por el uso de sustancias alucinógenas, el auge de este estado, viene con el uso de la ayahuasca, bastante común entre los Manchineri.

En el principio de los tiempos, el pueblo del “cipó” (lianas) se transformó en seres encantados, porque se los llevaron vivos al cielo. Esos seres ayudan al chamán en sus tareas. Pero para poder ir al cielo es preciso abstenerle del mundo de la caza. En general, la iniciación como chamán hace del sujeto un mal cazador, pues se puede conversar con los animales y reconocer en ellos a parientes, de este modo se hace difícil matarlos.

Según la mitología, la ayahuasca surge de la siguiente forma: un chamán encuentra un ser en la mata, el propio “cipó” que antes de identificarse como tal dice ser una persona del género femenino. La “cipó” le cuenta al chamán como debe proceder para prepararla y con que la debe mezclar – a hojas y condimentos- para que el efecto sea completo.

Como en la mayoría de los pueblos amerindios, muchos mitos manchineri los protagonizan los yaguaretés, que encarnan el prototipo del otro, sea extranjero o afín. Hay relatos de bandos de yaguaretés que atacan a cazadores en la mata, otros que atacan aldeas. La primera aldea manchineri, dice el mito, fue destruida por un ataque de yaguaretés. Posteriormente se inicia un nuevo poblado. Una mujer se casa con un indio, que no la mantiene bien, no le da carne y vive fuera de casa. Ella apenas se alimenta de yuca que ella misma planta. Revolviendo las cosas del marido ausente, esa mujer encuentra un cesto con huesos de indios de otras aldeas. ¿Sería este marido un caníbal, un guerrero o un chamán? El hecho es que él coleccionaba huesos transformándolos en flautas.

Entonces, la mujer encuentra un nuevo marido dentro de casa, una personificación de uno de los huesos, el más bonito de todos. Surge Tso'lati, padre, en el hueso, e hijo en la barriga de la mujer. El padre acaba por ser destruido por el marido traicionado, pero el hijo permanece. A la madre la expulsa de casa y ella tiene al hijo como guía por sus andanzas en la mata, hasta que cansada de la charla del hijo, aún dentro de su vientre, le pega a la barriga. El bebé se queda con rabia, y para de orientarla, la mujer termina perdiéndose, yendo a la aldea de los yaguaretés, donde muere, pero antes da a luz a ocho hijos.

Tso’lati vive hambriento hasta que descubre su origen y quién era su verdadera madre. Se inicia un movimiento de represalia y venganza contra aquellos que mataron a su madre y poco a poco, principalmente a través de actitudes jocosas que los yaguaretés no logran imitar, los hermanos acaban matando a todo el bando de yaguaretés. Y en el medio de la matanza Tso’lati se transforma en dios. Un dios que venga la muerte de la madre y que se torna un ejemplo para los antiguos que para sobrevivir huían de sus enemigos.

En otro mito, un yaguareté encuentra una niña graciosa y se la lleva. Al principio los hermanos de ella (era huérfana y la cuidaban sus hermanos ya casados), no le dan atención al desaparecimiento, pero después resuelven buscarla. Por el camino encuentran monos que les cuentan que la niña ya se había transformado en yaguareté. Ellos la encuentran y van con ella hasta el lugar donde estaba viviendo ahora, con los yaguaretés. Desconfiados de la compañía, los invitan a dormir allá. En el medio de la noche huyen asustados, y llaman a la hermana para que vuelva con ellos. Pero ella no acepta porque ya se había transformado definitivamente en yaguareté.

De este modo, la convivencia transforma a la persona, el cuerpo se molda por el universo donde la persona está inserta. Se migra de este mundo, se alimenta de otras comidas, se convive con otras personas. Con el tiempo la persona acaba por transformarse, adopta la forma típica de la cultura donde ahora está viviendo. Pero, de acuerdo a los Manchineri, la incorporación de la sal en la dieta alimentar (resultado del contacto con los no indígenas) representa el fin de la capacidad de transformación de humanos en seres diversos. Hoy en día los hombres no se transforman más en animales porque poseen sal en el cuerpo. La sal, al surgir, quiebra lo que antes era una continuidad entre lo dulce y lo amargo, creando un nuevo arreglo simbólico.

Actividades productivas

La caza entre los Manchineri, se realiza de varias maneras: una de ellas es en senderos un tanto particulares, no porque pertenezcan a alguien, sino porque empiezan en el terreno de alguien, con un uso más o menos restricto, aunque nadie tenga que pedir autorización para usarlo. Estos senderos pueden ser cortos, algo en torno de media hora de caminata, o recorrer una distancia mayor, a cerca de 3 o 4 horas de sus casas. El cazador puede estar provisto de una escopeta o sólo con machete, pero generalmente utilizan perros.

Lo peor para un cazador es quedarse con panema (cazador infeliz). Los bichos huyen, los tiros se pierden. Vuelven a casa con las manos vacías y falta carne, tan valorada en las comidas de la familia. Para sacarse la panema se debe pasar tipi (una planta cultivada que también se usa como veneno de pesca) por todo el cuerpo y tomar sanango (otra planta, de la cual se utilizan las hojas), un emético por diez días seguidos. En cada sesión de vómitos el organismo del cazador se va purificando, colocando afuera lo que lo estaba perjudicando.

“Mariscar”, o sea, pescar con atarraya, es también una gran fuente de alimentación. Usan línea y anzuelo, además de bucear y atrapar los peces con arpón cuando el río está bajo y el agua clara. Aunque no haya carne para comer (algo muy valorado), habrá pescado, tanto del río Iaco como de los igarapés e igapós (región de la Amazonía que permanece siempre inundada). 

Cuando no está cazando, el marido trabaja en las plantaciones, la mujer lo hace la mayor parte del tiempo. Pero las mujeres que cuidan a los niños pequeños no trabajan en las plantaciones. Cuando empieza el verano, junio, es la época de talar la vegetación, para que en agosto ya esté lo suficientemente seca para quemarla. Se debe terminar de recoger el arroz (que se inició en septiembre). La vegetación se quema en agosto, en el medio del verano. Después de la quema, se siembra zapallo, yuca, maíz y arroz en esta secuencia, siguen la papaya y la patata (ñame y cará). A veces caña de azúcar y maní. El aspecto del producto y la sensibilidad del agricultor determinan el punto de la cosecha. Cuando llega el invierno se debe replantar el terreno viejo y limpiarlo.

La forma actual de agricultura en la TI es extremamente similar a la que se practica entre los habitantes de la Reserva Chico Mendes. Existen variantes (pequeñas) en cuanto a los productos, pero no son tan significativas.

Fuentes de información

  • FUNAI (Fundação Nacional do Índio), 1977. Jaminaua e Machineri do Alto Rio Iaco. Brasília: Núcleo de História Indígena e do Indigenismo, Fundação Nacional do Índio, Ministério do Interior.

 

  • GONÇALVES, M. A., 1991. Acre: História e Etnologia. Rio de Janeiro: Núcleo de Etnologia Indígena, Universidade Federal do Rio de Janeiro.

 

  • HAVERROTH, M., 1999. Relatório da Viagem à Terra Indígena Mamoadate. Rio Branco: Comissão Pró-Índio. Programa de Saúde Sujo, Limpo & Contaminado. Capacitação de Agentes de Saúde em Higiene e Saneamento Ambiental e Assistência Primária de Saúde

 

  • MAUÉS, R. H., 1994. Medicinas populares e “pajelança cabocla” na amazônia. In: Saúde e Doença, um Olhar Antropológico (P. C. Alves & M. C. S. Minayo, orgs.), pp. 73-81. Rio de Janeiro: Editora Fiocruz.

 

  • MERCANTE, M. S., 2000. A Seringueira e o Contato: Memória, Conflitos, Situação Atual e Identidade dos Manchineri no Sul do Acre. Florianópolis : UFSC, 2000. (dissertação de mestrado)

 

  • SMA (Secretaria de Meio Ambiente do Estado do Acre), 1991. Áreas de Proteção Ambiental (Mapa). Rio Branco: Governo do Estado do Acre.