¿Cuántos eran? ¿Cuántos serán?
Marta Azevedo escribe acerca de la recuperación demográfica de los pueblos indígenas.
Los impactos del contacto
Las estimaciones sobre los contingentes poblacionales de los pueblos que habitaban la región que ahora denominamos Brasil varían más en relación a los intereses políticos de sus autores que en relación a la metodología adoptada.
Cualquier estimación poblacional a nivel global en el 1.500 deberá tomar en cuenta los factores históricos tales como los efectos diferenciales de las enfermedades sobre los diferentes pueblos y los movimientos espaciales de los grupos indígenas como consecuencia del contacto, entre otros.” (John Monteiro. A Dança dos Números, en Tempo e Presença, São Paulo: CEDI, ano 16, n. 273, 1994).(1)
Algunos autores estiman a la población indígena en el siglo XVI entre dos a cuatro millones de personas pertenecientes a más de 1.000 pueblos diferentes; Darcy Ribeiro afirma que desaparecieron más de 80 pueblos indígenas solamente durante la primera mitas del siglo XX, de tal forma que la población total habría disminuido, de acuerdo con este autor, de 1.000.000 a 200.000 personas (1).
El exterminio de muchos pueblos indígenas del Brasil por conflictos armados, epidemias, desorganización social y cultural son procesos de despoblamiento que no pueden ser tratados sin un análisis de las características internas y de la historia de cada una de esas sociedades. No se han realizado todavía investigaciones acerca de los diferentes impactos que una misma epidemia produjo sobre los diferentes pueblos. Las relaciones entre estos pueblos y las diferentes agencias indigenistas o frentes de colonización y sus impactos en la dinámica demográfica de sus poblaciones tampoco fueron estudiadas.
A partir de los análisis demográficos y antropológicos de las poblaciones autóctonas de las diferentes regiones colonizadas por los europeos se sabe que, luego de un largo período de perdidas poblacionales causadas por las guerras, las epidemias y por los procesos de esclavitud, los pueblos indígenas iniciaron un proceso de recuperación demográfica, conciente la mayoría de las veces. Algunos estudios ejemplares demuestran esa tendencia hacia la recuperación y, por lo tanto, el crecimiento acelerado de esas poblaciones, cuando se tiene acceso a las fuentes de datos con series históricas.
Recuperación demográfica
En estimaciones realizadas por diferentes estudiosos, antropólogos, demógrafos y profesionales de la salud, se constata que la mayoría de los pueblos indígenas han crecido, en promedio, 3,5% al año, mucho más que el promedio estimado para la población brasileña en general durante el período 1.996-2.000 estimado en 1,6%.
Los estudios acerca de la transición demográfica de diferentes pueblos en el mundo dan cuenta de que luego de la disminución de la mortalidad, y con el mismo fenómeno pero acentuado en relación a la mortalidad infantil –debido a la transición epidemiológica que ocurre con la vacunación de esas poblaciones y con la atención más eficaz y moderna en relación a la salud- se verifica un incremento poblacional durante un cierto período que varía en relación a los componentes estructurales de cada sociedad.
Muchos autores señalan las variaciones en el ritmo y en los perfiles en la transición demográfica de cada sociedad como productos de sus sistemas económicos y, de hecho, fueron realizados algunos estudios que relevan componentes de la estructura social, incluyendo modelos de casamiento y composición familiar como determinantes de esa dinámica. Luego del período de incremento poblacional comienza la caída en los niveles de fecundidad, o sea la disminución del número medio de hijos por mujer. Los estudiosos de este tema le apuntan, sin duda, a la urbanización y al cambio del estatus femenino en las sociedades, como variables importantes para esa disminución. El perfil demográfico de los países europeos en la actualidad demuestra que, con la disminución de la mortalidad y la caída de la fecundidad”, o sea, cuando los niveles de fecundidad de algunas poblaciones se presentan por debajo del nivel de reposición de sujetos.
La pregunta que se presenta actualmente para los estudios demográficos de las poblaciones indígenas del Brasil es si estos pueblos están en fase de crecimiento acelerado debido a la caída de la mortalidad provocada por la mejoría en la atención de la salud, inclusive con la fecundidad a niveles muy supriores a los de la población no indígena, o si ese aumento es el producto de una recuperación demográfica conciente, o sea, si las sociedades tienen la percepción de que perdieron población en un determinado período de su historia reciente y ahora están intentando recuperar esa población.
Estudios de caso
Los estudios de caso realizados por antropólogos registran los eventos vitales de una determinada población durante un gran período de tiempo, lo que permite realizar algunos análisis sobre su dinámica poblacional.
Los araweté
En el libro Araweté el pueblo de Ipixuna de Eduardo Viveiros de Castro, consta un apéndice con los datos poblacionales registrados por indigenistas u otros desde el tiempo del contacto con esos indios efectuado en 1976. Los registros permiten verificar un aumento poblacional debido a la disminución en la mortalidad, especialmente la infantil, y un ligero aumento de la natalidad que debería ser mejor demostrada a través de la continuación del análisis. Lo que llama la atención es el último gráfico donde el autor tabula los datos de los óbitos antes del contacto a partir de las categorías nativas utilizadas para explicar la causa de muerte: enfermedades, enemigos (desagregado por cada pueblo con el que los araweté sostenían guerras), en donde se ubican la mayor proporción de muertos y/o personas raptadas o desaparecidas; espíritus y accidentes. Esa “demografía emic” permitiría a los indios un gerenciamiento de algunas políticas propias incorporando técnicas demográficas occidentales.(2)
En un estudio acerca de la dinámica demográfica de dos pueblos indígenas -waiãpi y enawenê-nawê- intenté demostrar cómo se podrían conocer los diferentes perfiles y dinámicas de esas poblaciones autóctonas si tuviésemos, como es el caso de esas dos sociedades, series históricas de datos sobre nacimientos, muertes, casamientos y migraciones. Ese estudio fue publicado en forma de póster durante el X Encontro de Estudos Populacionais da Abep (Associação Brasileira de Estudos Populacionais)-X Encuentro de Estudios Poblacionales de la Asociación Brasileña de Estudios Poblacionales(3), en 1996, y tuvo como base los datos recolectados para la población waiãpi por la Dra. Dominique Gallois y Flora Dias Cabalzar; y para la población enawenê-nawê los datos recolectados por el equipo de la Opan que entonces trabajaba con esos pueblos.
Dichos pueblos mantuvieron un contacto relativamente reciente con la sociedad envolvente, durante la década de 1970, y ambos cuentan con asistencia médica desde los años 80. La serie de datos de los eventos vitales permite concluir algunas hipótesis sobre el futuro de esas poblaciones en lo relacionado a su crecimiento poblacional.
Antes del contacto con los colonizadores, los pueblos indígenas vivían en áreas en donde los límites eran dados por el propio medio ambiente y por los otros pueblos nativos que residían en las áreas contiguas, con las cuales hacían la guerra o el comercio. Con la presencia del Estado brasileño se demarcan territorios colocándolos en una nueva situación: la de tener que vivir en esa área, con límites conocidos y demarcados. A partir de ese momento, para algunas poblaciones indígenas que tuvieron mínimamente los núcleos habitacionales demarcados como TIs (como las que residen al sur de Brasil), se impone la cuestión de cómo sobrevivir en un área diminuta con la tecnología tradicional y un creciente contingente poblacional. En el caso de los pueblos indígenas de la amazonía, que tiene sus territorios demarcados incluyendo áreas de explotación de recursos naturales, es necesario pensar el crecimiento poblacional (que se da, en general, luego de una disminución, inmediatamente antes y después del contacto), junto con la tecnología y el medio ambiente que ocupan, como elementos estructuradotes de sus culturas.
Evolución de la población
En cuanto a la evolución de la población total, la tabla 1 y los gráficos 1 y 2 evidencian que ambas poblaciones muestran un crecimiento a partir de 1985, lo que se confirma por la evolución del número de nacimientos, posiblemente no sólo causado por el aumento del número absoluto, sino también debido a la disminución de la mortalidad infantil, propiciada por los programas de vacunación con que cuentan ambos pueblos.
Tabla 1 – Evolución de la población total Enawenê e Waiãpi
Enawenê | Waiãpi | ||||||
año | masc. | fem. | total | ano | masc. | fem. | total |
1985 | 75 | 82 | 157 | 1985 | 159 | 149 | 308 |
1987 | 88 | 89 | 177 | 1987 | 175 | 168 | 343 |
1989 | 94 | 97 | 191 | 1989 | 190 | 184 | 374 |
1991 | 108 | 107 | 215 | 1991 | 206 | 200 | 406 |
1993 | 114 | 124 | 238 | 1993 | 228 | 216 | 444 |
1995 | 128 | 130 | 258 | 1995 | 239 | 222 | 461 |
Razón de sexo
La razón de sexo –proporción de mujeres y de hombres en una población dada en un año determinado y en los diferentes segmento de edad-, para las dos poblaciones, demuestra que, en las edades más avanzadas, la proporción de hombres aumenta en relación a la de la de las mujeres, aunque sea difícil visualizar un patrón, porque aún es muy pequeño el número absoluto de cohortes (generaciones) mayores de 60 años. En las edades inferiores parece que, entre los enawenê-nawê, la proporción de mujeres es ligeramente mayor comparativamente con los waiãpi.
Partos
En relación a los partos,, el número medio de hijos por mujer es de cuatro, considerando el total de la población en los diferentes años, medidos -en ambos casos- por el promedio y la mediana. El modo para los enawenê-nawê es 2 y para los waiãpi 1. Probablemente, entre estos últimos, el modo es inferior debido al número de madres jóvenes con un único hijo. Para ambos pueblos es más frecuente que la madre tenga su primer hijo entre los 15 y los 19 años, en promedio. Entre los enawenê, las mujeres parecen tener su primer hijo un poco más tarde en comparación a las waiãpi, lo que se confirma a partir de los relatos de los propios indios, las jóvenes no casadas utilizan métodos anticonceptivos (una bebida elaborada a partir de una planta) para no quedar embarazadas. El mismo anticonceptivo es utilizado por las mujeres que no desean tener más hijos, de acuerdo con las informaciones, luego de haber concebido siete hijos vivos. El número ideal de hijos debe ser de diez ya que, de acuerdo con su propia percepción sobre la mortalidad infantil, de esos diez sólo sobreviven siete.
El parto se inicia entre las mujeres que tienen entre diez y catorce años, aunque la mayor proporción de nacimientos se da entre las que tienen entre quince y diecinueve para ambos pueblos. Entro los Waiãpi se confirma que la tendencia es que se produzcan partos entre las más jóvenes dado que la proporción de mujeres entre los diez y los catorce años que tienen hijos es un poco mayor que entre los enawenê-nawê; en un segundo trabajo, debe ser realizada una clasificación por edad asentada en esta hipótesis. En relación al intervalo intergenésico, la media y la mediana para ambas poblaciones se centra en 3, siendo 2 el modo en ambos casos.
Concepciones indígenas, estudios académicos y políticas públicas
En la concepción waiãpi la población debe crecer aún más para ocupar toda la extensión territorial. Ellos dicen que como antes murieron muchos waiãpi ahora deben nuevamente aumentar su número. Para los enawenê-nawê, parece ser que también tienen conciencia de su crecimiento poblacional. Sostienen que las mujeres deben tener muchos hijos (diez, como el número ideal). Para ambos pueblos, el hecho de haber sufrido graves pérdidas poblacionales anteriores al contacto parece estimular el deseo de crecimiento de maneras diferentes. El hecho de que los territorios sean aún abundantes en recursos naturales para toda la población no los cuestiona en cuanto a la idea de continuar creciendo en términos demográficos. La preocupación de los investigadores relacionados con estos pueblos se sitúa en la presión de ese crecimiento frente al limitado territorio que se presenta en la actualidad y a los recursos en juego.
Este ejemplo de estudio demográfico preliminar pretende demostrar, en el ámbito de este artículo, los réditos posibles que pueden tener los estudios académicos antropológicos y demográficos, además de otros estudios importantes como los análisis sobre la interfase de la dinámica poblacional y la explotación de los recursos naturales, así como para la planificación de las políticas públicas orientadas a estas poblaciones.
Notas
(1) Darcy Ribeiro: “Culturas e Línguas Indígenas do Brasil”, in Educação e Ciências Sociais, 1957.
(2) Eduardo Viveiros de Castro: Araweté - o povo do Ipixuna, São Paulo: CEDI, 1992.
(3) Marta Azevedo, Márcia Pivatto e Isabella Carneiro: “Análise demográfica de duas populações indígenas no Brasil” - X Encontro de Estudos Populacionais, 1996.
[Dezembro, 2000]
Notas
(1) Darcy Ribeiro: “Culturas e Línguas Indígenas do Brasil”, in Educação e Ciências Sociais, 1957.
(2) Eduardo Viveiros de Castro: Araweté - o povo do Ipixuna, São Paulo: CEDI, 1992.
(3) Marta Azevedo, Márcia Pivatto e Isabella Carneiro: “Análise demográfica de duas populações indígenas no Brasil” - X Encontro de Estudos Populacionais, 1996.
[Dezembro, 2000]